lunes, 28 de diciembre de 2015

El lince ibérico

El lince ibérico es el único felino originario de la península Ibérica y también es, a su vez, uno de los felinos más amenazados del mundo, por no decir el que más. Con apenas 300 ejemplares separados en dos grupos en Andalucía y una pequeña población de 15 individuos en los montes de Toledo, este es el felino más escaso de todo el planeta.





Este majestuoso animal vivía por toda la península Ibérica y el sur de Francia a finales del siglo XIX, desde entonces, la caza y la reducción de su hábitat lo han aislado hasta las zonas mencionadas arriba. Otro de los problemas de este animal es su especialización alimentaria, ya que se alimentan casi exclusivamente de conejos y liebres y, cuando estos desaparecían por nuestra acción, los linces desaparecían con ellos.

Durante la dictadura franquista, la cosa no fue a mejor, Franco dividió las especies españolas en dos tipos: alimañas y especies cinegéticas. Las primeras eran los animales carnívoros, lobos, comadrejas, tejones y, por supuesto, nuestro lince, entre otros fueron exterminados casi sistemáticamente y el Gobierno pagaba por sus pieles. Las segundas eran las especies con las que nos alimentamos, conejos, tórtolas, cabras, ciervos... Que eran cazados de forma normal, como pasa actualmente, con cierta protección para evitar su desaparición total.

En 2005este felino alcanzó su mínimo de población con poco más de cien ejemplares. Por suerte, los esfuerzos por su conservación han permitido que su población aumente hasta los 300 y pico linces ya mencionados anteriormente. Actualmente, esta labor de preservación se produce principalmente en el Centro de cría de El Acebuche (en el Parque Doñana) y en el Zoobotánico de Jerez; entre estos lugares cuentan con alrededor de 60 adultos reproductivos cautivos que se cruzan de forma específica para reducir la consanguinidad que actualmente amenaza a esta especie. Antaño, la gran cantidad de estos felinos hacía que no tuvieran apenas problemas genéticos, pero el escaso número actual ha aumentado sus problemas hasta, en nuestros días, ser más proclives al cáncer, a problemas renales, a infertilidad...



Por desgracia, muchos linces siguen muriendo por nuestra acción, ya sea atropellados en las carreteras que atraviesan los parques naturales en los que viven o envenados por el veneno dirigido a otros animales... o a ellos, siempre hay quien quiere hacer daño. Además, la consanguinidad que sufre sigue siendo una gran fuente de enfermedades y debilidades. Esperemos que el lince, uno de los animales más emblemáticos de la Península, sobreviva a la acción y presión humanas.

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