Medios de transporte alternativos

Desde que se crearon los vehículos de motor, estos se han ido abaratando y ahora cualquier persona de los países desarrollados y bastante gente de los países emergentes puede permitirse comprar uno. Pero la compra de vehículos de combustión ha llegado a un punto demasiado alto, teniendo muchas familias hasta tres o cuatro vehículos funcionales a motor propios. Hay de media en España 1'75 vehículos por hogar, con más de 650.000 familias que poseen cuatro o más coches. Por ejemplo, mi familia tiene tres vehículos, un coche de mi hermano, uno de mis padres y una furgoneta para trabajar. 

Además, España tiene 471 vehículos de motor por cada 1.000 habitantes, superando ampliamente a otros países más ricos como Dinamarca, Reino Unido o los Países Bajos, países en los que los valores de compartir y ser respetuosos con la naturaleza están más arraigados que aquí.

Existen muchas alternativas para evitar la "sobreacumulación" de vehículos de combustión en un hogar o darles un menor uso, contaminando así mucho menos y reduciendo el tráfico en nuestras carreteras. Desde bicicletas a coches híbridos, hay muchas alternativas para reducir las emisiones de CO2 y demás gases contaminantes. Aquí veremos los pros y los contras de cada uno de estos métodos que deberían ser los seguidos por la mayoría.

Bicicleta

Es un medio de transporte poco espacioso, muy manejable y solo usa el movimiento de tus piernas. Pero la bicicleta no es nada recomendable cuando tienes que desplazarte largas distancias, pues sudas mucho, algo poco agradable para trabajar, vas lento y no es seguro ir por algunas carreteras. Además, este transporte no te permite llevar mucho peso ni objetos porque son incómodos.

Transporte público

Incluye autobuses, trenes, tranvías y metros. Estos servicios, financiados por el Estado, acumulan a mucha gente en un solo vehículo, por lo que se usa muy poca energía y se contamina muy poco para desplazar a grandes cantidades de personas. 

Su mayor problema es que pueden resultar un poco caros si se recurre a ellos a menudo, valiendo más de 40 euros los bonos mensuales, algo que no todos pueden permitirse.

Por otra parte, este tráfico está sujeto a las huelgas del sector que, aunque sean poco frecuentes, hay que tenerlas en cuenta.

En resumen, si no te molestan las acumulaciones de gente, este transporte es más que suficiente, pero ten en cuenta el tráfico para no llegar tarde.

Vehículos híbridos y eléctricos

Se podría decir que estos vehículos aún están en fase de perfeccionamiento porque aún tienen una autonomía limitada, pero esta industria avanza bastante rápido. Actualmente los coches eléctricos asequibles (recalco lo de asequibles porque los caros aguantan mucho más) ya tienen una autonomía de 100-150 km, más que suficiente para ir y volver del trabajo o de compras para una persona normal.

Las ventajas de estos coches es que, recargándolos de noche, el precio de la electricidad es más barato, conducir 100 km apenas te cuesta 1-1'5 €, frente a los mínimo 4 € que te costaría con un coche de gasolina. Además hay bastantes coches eléctricos o híbridos por menos de 30.000 €. Y por último, estos coches contaminan mucho menos que los vehículos de gasolina o diésel, aunque siguen contaminando porque la mayoría de la electricidad se produce mediante procesos contaminantes.

Su principal incoveniente es que no se pueden hacer viajes largos con ellos porque enseguida los tienes que cargar, a no ser que quieras hacer rutas turísticas por muchos pueblos cercanos y hacer noche en ellos.

Ir a pie

Este método es más que bueno; vas a los lugares cercanos de una forma, aunque un tanto lenta, muy saludable y ecológica, no utilizas ningún vehículo para desplazarte y te mueves con tus propios músculos, alejándote así del sedentarismo creciente que afecta a nuestra sociedad. Por lo tanto, si dispones de tiempo y no tienes que ir muy lejos, deberías ir caminando.

Es decisión tuya si usas un método u otro, pero lo importante es que a partir de ahora vayas a los lugares de una forma menos dañina para así poder dejar a nuestros hijos y nietos un bonito lugar con un aire puro en el que disfrutar de la naturaleza.